El parto es un proceso natural que ocurre en varias etapas. Estas etapas, también conocidas como fases del parto, son fundamentales para el nacimiento del bebé y la expulsión de la placenta. A continuación, se describen las tres fases principales del parto:
Fase de dilatación
Esta es la primera fase del parto y se caracteriza por la dilatación del cuello uterino. Durante esta etapa, las contracciones uterinas se vuelven más frecuentes, intensas y regulares. El cuello uterino se va abriendo gradualmente, permitiendo el paso del bebé a través del canal de parto. Esta fase se divide en tres etapas:
Latencia
En esta etapa inicial, las contracciones son irregulares y pueden durar alrededor de 8 a 12 horas. El cuello uterino se dilata lentamente, alcanzando aproximadamente 3-4 centímetros de apertura.
La fase de latencia es una etapa de preparación en la que el cuerpo de la mujer se está preparando para el parto. Durante esta etapa, las contracciones pueden ser leves y espaciadas, y es posible que la mujer no las sienta de manera intensa. Sin embargo, a medida que el cuello uterino se va dilatando, las contracciones se vuelven más fuertes y regulares.
Es importante que la mujer se mantenga tranquila y relajada durante esta etapa, ya que el estrés y la tensión pueden dificultar el proceso de dilatación. Se recomienda que la mujer se mantenga activa, caminando o realizando movimientos suaves para ayudar a que el bebé descienda y el cuello uterino se dilate.
Fase activa
En esta etapa, las contracciones se vuelven más fuertes y regulares. El cuello uterino se dilata rápidamente, alcanzando los 10 centímetros de apertura necesarios para el nacimiento del bebé. Esta fase puede durar entre 4 y 8 horas.
Durante la fase activa, las contracciones son más intensas y frecuentes. La mujer puede experimentar dolor y presión en la parte baja del abdomen y en la espalda. Es importante que la mujer se mantenga enfocada y respire de manera adecuada para manejar el dolor y la intensidad de las contracciones.
El equipo médico o partera estará monitoreando de cerca el progreso de la dilatación y brindando apoyo a la mujer. Se pueden utilizar técnicas de alivio del dolor, como masajes, baños calientes o analgesia epidural, según las preferencias y necesidades de la mujer.
Transición
Esta es la etapa final de la fase de dilatación. Las contracciones son intensas y frecuentes, y el cuello uterino se dilata completamente. Esta etapa puede durar de 30 minutos a 2 horas.
La transición es una etapa de transición entre la fase activa y la fase de expulsión. Durante esta etapa, la mujer puede experimentar una mezcla de emociones, como agotamiento, ansiedad y excitación. Las contracciones son muy intensas y pueden ser difíciles de manejar, pero también indican que el nacimiento del bebé está cerca.
Es importante que la mujer se sienta apoyada y segura durante esta etapa. El equipo médico o partera estará presente para brindar apoyo emocional y físico, y para asegurarse de que la mujer esté cómoda y bien atendida.
Fase de expulsión
Una vez que el cuello uterino está completamente dilatado, comienza la fase de expulsión. Durante esta etapa, la madre siente el impulso de pujar y el bebé comienza a descender a través del canal de parto. El médico o partera guía al bebé en su salida, asegurándose de que la cabeza salga primero para evitar complicaciones. Esta fase puede durar de unos minutos a varias horas, dependiendo de cada caso.
La fase de expulsión es el momento en el que el bebé finalmente sale del cuerpo de la madre y llega al mundo. Durante esta etapa, la mujer siente un fuerte impulso de pujar y empujar al bebé hacia afuera. Las contracciones son intensas y la mujer puede experimentar una sensación de presión y estiramiento a medida que el bebé desciende por el canal de parto.
El equipo médico o partera estará presente para guiar y apoyar a la mujer durante esta etapa. Se pueden utilizar diferentes posiciones de parto, como estar de pie, de rodillas o acostada, para facilitar la salida del bebé. El médico o partera también puede realizar episiotomías, que son incisiones quirúrgicas en el perineo, si es necesario para facilitar el parto.
Fase de alumbramiento
Después de que el bebé ha nacido, comienza la fase de alumbramiento. Durante esta etapa, se produce la expulsión de la placenta y las membranas fetales restantes. Las contracciones continúan, ayudando a desprender la placenta del útero. El médico o partera puede realizar maniobras suaves para facilitar la salida de la placenta. Esta fase suele durar entre 5 y 30 minutos.
La fase de alumbramiento es el momento en el que se completa el proceso de parto. Después de que el bebé ha nacido, el útero continúa contrayéndose para expulsar la placenta y las membranas fetales restantes. Estas contracciones son menos intensas que las contracciones de parto, pero aún pueden causar molestias y dolor.
El médico o partera estará atento a la salida de la placenta y realizará maniobras suaves para ayudar a desprenderla del útero. Se puede administrar medicación para ayudar a que el útero se contraiga y prevenir la hemorragia postparto.
Es importante que la mujer descanse y se recupere después del parto. El equipo médico o partera estará presente para brindar atención postparto y asegurarse de que tanto la madre como el bebé estén en buen estado de salud.
Es fundamental contar con la atención médica adecuada durante todo el proceso del parto para garantizar la seguridad tanto de la madre como del bebé. El equipo médico o partera estará presente para brindar apoyo y cuidado durante cada fase del parto, asegurándose de que la mujer esté cómoda y bien atendida.
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