Una hemorragia es la salida de sangre provocada por la ruptura de vasos sanguíneos como venas, arterias o capilares. Exploraremos los diferentes tipos de hemorragias y cómo se debe actuar ante ellas.
Tipos de hemorragias
Hemorragias internas y externas
Las hemorragias internas ocurren cuando hay una ruptura de vasos sanguíneos dentro del cuerpo y no son visibles externamente. Estas pueden ser causadas por traumatismos, enfermedades o condiciones médicas. Por otro lado, las hemorragias externas son aquellas en las que la sangre se puede ver y provienen de una herida abierta en la piel.
Hemorragias según el tipo de vaso sanguíneo afectado
Las hemorragias se clasifican en capilares, venosas y arteriales según el tipo de vaso sanguíneo afectado.
Hemorragias capilares
Las hemorragias capilares son las más frecuentes y menos graves. Estas ocurren en raspones o excoriaciones y la sangre fluye en forma de sábana, sin poder visualizar los vasos sangrantes.
Hemorragias venosas
Las hemorragias venosas ocurren cuando hay una lesión en las venas y la sangre sale de forma continua, pero sin fuerza. La sangre en este tipo de hemorragia es de color rojo oscuro.
Hemorragias arteriales
Las hemorragias arteriales son las más graves. El sangrado proviene de arterias lesionadas y la sangre sale en forma de chorro intermitente. La sangre en este caso es de color rojo brillante. Las hemorragias arteriales pueden ser potencialmente mortales si no se tratan a tiempo.
Hemorragias según la causa
La causa que provoca la hemorragia también puede influir en su clasificación.
Hemorragias por solución de continuidad
Estas hemorragias son causadas por la rotura de un vaso, como en el caso de una lesión por arma blanca.
Hemorragias por corrosión de la pared vascular
Estas hemorragias son causadas por la corrosión de la pared vascular por tumores, lo que provoca bordes mal definidos en la hemorragia.
Hemorragias controladas
Estas hemorragias son producidas por una incisión quirúrgica y no implican una mala praxis.
Hemorragias por aumento de permeabilidad de los vasos
Estas hemorragias ocurren cuando hay un aumento de la permeabilidad de los vasos sin perder su integridad anatómica, lo que provoca la salida de elementos hemáticos. Esta causa también es responsable de las livideces cadavéricas fijas.
Consecuencias de una hemorragia
Las consecuencias de una hemorragia dependen de varios factores, como la velocidad con la que se pierde la sangre, la pérdida del volumen de sangre, la edad de la persona y su estado psíquico. Una hemorragia aguda que implica una pérdida de volumen de sangre mayor al 15% puede provocar un «choque hipovolémico» o «shock hemorrágico». La sobrevida es poco probable cuando el sangrado es superior al 35-45% de la volemia.
Actuación ante una hemorragia
Ante una hemorragia externa, la principal medida a tomar es aplicar presión directa en la herida para detener el sangrado. Luego se debe realizar un vendaje y desinfectar la herida. En casos de lesiones graves, se pueden utilizar torniquetes para prevenir complicaciones del choque, pero su uso debe estar restringido a hemorragias masivas debido al riesgo de necrosis del miembro. En algunos casos, puede ser necesario suspender o revertir los medicamentos anticoagulantes en pacientes con hemorragia clínicamente significativa. Aquellos pacientes que han perdido grandes cantidades de sangre pueden necesitar una transfusión de sangre.
Conclusiones
Existen diferentes tipos de hemorragias que se clasifican según su origen anatómico, el tipo de vaso sanguíneo afectado o la causa que lo originó. Es importante actuar rápidamente ante una hemorragia externa aplicando presión directa en la herida para detener el sangrado y buscar atención médica si es necesario. En casos de hemorragias internas o lesiones graves, se debe buscar atención médica de inmediato.
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