La hiperactividad es un trastorno que se caracteriza por un exceso de movimientos y una dificultad para mantener la atención en alguna tarea específica. Es común en niños y adolescentes, pero también puede afectar a adultos. En este artículo, te hablaremos de sus características, causas y definición, así como algunos ejemplos y conceptos clave para comprender este trastorno de manera más clara y precisa.
La hiperactividad puede manifestarse de diversas formas y en diferentes grados en cada persona, lo que dificulta su diagnóstico. Sin embargo, es importante conocer sus características principales para identificar posibles casos en nuestro entorno. Además, es necesario comprender las causas que pueden estar detrás de este trastorno y cómo afecta la vida de quienes lo padecen. Por eso, en este artículo te invitamos a explorar las diferentes facetas de la hiperactividad, para que juntos podamos entenderla mejor y promover una mayor comprensión y ayuda hacia quienes la experimentan, ya sea en nuestro entorno cercano o en nosotros mismos.
1. ¿Qué es la hiperactividad?
La hiperactividad es un trastorno de la conducta infantil que se caracteriza por la actividad excesiva y fuera de lo normal. Los niños hiperactivos tienen dificultad para quedarse quietos y presentan una amplia gama de movimientos, desde treparse al mobiliario hasta correr sin parar. Este trastorno afecta tanto a las horas de vigilia como a la etapa de sueño, manteniendo al niño en constante actividad.
La hiperactividad es un trastorno que se manifiesta en la infancia y puede persistir hasta la edad adulta. Se estima que afecta aproximadamente al 5-10% de los niños en edad escolar. Los síntomas de la hiperactividad pueden variar en intensidad y pueden interferir significativamente en la vida diaria del niño, así como en su rendimiento académico y social.
2. Causas de la hiperactividad
La hiperactividad tiene causas neurobiológicas, en las cuales la genética juega un papel importante. Se ha observado que existe una mayor incidencia de hiperactividad en familias donde uno o ambos padres también presentan el trastorno. Además, se ha encontrado que ciertos factores ambientales, como la exposición a sustancias tóxicas durante el embarazo o la infancia temprana, pueden aumentar el riesgo de desarrollar hiperactividad.
Los niños hiperactivos tienen mucha energía, por lo que es importante que sus padres encuentren formas de canalizar y aprovechar esta energía de manera beneficiosa para el niño. La falta de actividad física y la exposición excesiva a estímulos electrónicos, como la televisión o los videojuegos, pueden empeorar los síntomas de la hiperactividad.
El tratamiento de la hiperactividad puede incluir el uso de medicamentos, como los estimulantes, que ayudan a mejorar la concentración y reducir la hiperactividad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los medicamentos no son la única opción de tratamiento y que cada caso debe ser evaluado de manera individualizada.
3. Síntomas de la hiperactividad
Los síntomas de la hiperactividad fueron descritos por primera vez en 1902 por George Still. Los niños hiperactivos tienen una actividad motora intensa y necesitan estar en constante movimiento. Su hiperactividad aumenta cuando están rodeados de otras personas, especialmente extraños o personas que no ven con frecuencia. Sin embargo, su ritmo de actividad disminuye considerablemente cuando están solos.
Además de la actividad excesiva, los niños hiperactivos también pueden manifestar una actitud destructiva. Pueden tener dificultades para ser educados, ya que les resulta difícil permanecer enfocados en una tarea durante mucho tiempo. También pueden tener un bajo umbral de tolerancia a la frustración y pueden mostrar desequilibrios emocionales, como explosiones de ira o cambios bruscos de humor.
Es importante destacar que los síntomas de la hiperactividad pueden variar en intensidad y pueden manifestarse de diferentes formas en cada niño. Algunos niños pueden presentar más síntomas de inatención, mientras que otros pueden tener más síntomas de hiperactividad. También es posible que los síntomas de la hiperactividad cambien a lo largo del tiempo, a medida que el niño crece y se desarrolla.
3.1 Etapas de la hiperactividad
El trastorno de hiperactividad se divide en varias etapas, cada una con características particulares. En los primeros años de vida, pueden presentarse problemas en el sueño y la alimentación, así como irritabilidad y resistencia a los cuidados normales. A medida que crecen, pueden tener dificultades para expresarse, una actividad excesiva y poca conciencia de las situaciones de peligro.
En la etapa preescolar, los niños hiperactivos pueden tener problemas para adaptarse a un grupo, desobedecer sistemáticamente y tener dificultades para respetar los límites. Pueden tener dificultades para seguir instrucciones y pueden mostrar una falta de atención en las tareas escolares.
A partir de los 6 años, los niños hiperactivos pueden mostrar impulsividad, problemas de aprendizaje y dificultades para relacionarse con sus compañeros. Pueden tener dificultades para controlar sus emociones y pueden tener dificultades para seguir las reglas y los límites establecidos por los adultos.
4. Tratamiento de la hiperactividad
El tratamiento de la hiperactividad depende de cada caso individual. En casos más complejos, se pueden recetar estimulantes u otros medicamentos para ayudar al niño a concentrarse mejor y reducir la hiperactividad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los medicamentos no son la única opción de tratamiento y que cada caso debe ser evaluado de manera individualizada.
Además de los medicamentos, se recomienda que los niños con hiperactividad también reciban tratamiento psicoterapéutico. La terapia cognitivo-conductual puede ayudar al niño a mejorar su concentración, a desarrollar habilidades de autorregulación emocional y a mejorar su relación con los demás. También existen tratamientos cognitivos que buscan recuperar el deseo de aprender y mejorar la comunicación del niño con su entorno.
Es importante destacar que el tratamiento de la hiperactividad debe ser integral y abordar tanto los síntomas del trastorno como las dificultades emocionales y sociales que pueden estar asociadas. Además, es fundamental que los padres y los profesionales de la salud trabajen juntos para desarrollar estrategias de manejo y apoyo para el niño.
5. Consecuencias de la hiperactividad
La hiperactividad puede tener consecuencias significativas en la vida del niño. Puede causar problemas en el aprendizaje, ya que los niños hiperactivos pueden tener dificultades para prestar atención en clase y para seguir las instrucciones. También puede afectar su rendimiento académico y su capacidad para relacionarse con sus compañeros.
Además, la hiperactividad está relacionada con diversas alteraciones psicológicas, como fobias, problemas de autoestima, ansiedad crónica o depresión. Los niños hiperactivos pueden tener dificultades para regular sus emociones y pueden experimentar cambios bruscos de humor. También pueden tener dificultades para establecer y mantener relaciones sociales saludables.
Por lo tanto, es fundamental que los niños hiperactivos reciban un tratamiento adecuado para canalizar su energía de manera saludable y para abordar las dificultades emocionales y sociales que puedan estar presentes. El apoyo de los padres, los profesionales de la salud y los educadores es fundamental para ayudar al niño a desarrollar habilidades de autorregulación y para promover su bienestar general.