La legítima defensa es una causa de exclusión de la antijuricidad en el ámbito penal. Se aplica cuando una persona comete una acción punible para impedir o repeler una agresión ilegítima a sí misma o a los derechos propios o ajenos. Exploraremos la regulación y los requisitos para la legítima defensa en el ámbito legal.
Regulación de la legítima defensa
La legítima defensa está regulada en el artículo 20.4º del Código Penal. Este artículo establece los criterios y requisitos que deben cumplirse para que se pueda alegar legítima defensa en un caso penal.
Requisitos para la legítima defensa
1. Agresión ilegítima
Se considera agresión ilegítima cualquier ataque inminente, real, directo, injusto, inmotivado e imprevisto. La agresión debe ser dolosa y dirigida contra bienes jurídicos defendibles, como la vida y la integridad física.
La agresión ilegítima debe ser inminente, lo que significa que debe estar a punto de ocurrir o estar ocurriendo en ese momento. No se puede alegar legítima defensa si la agresión ya ha terminado o si no hay una amenaza inmediata.
Además, la agresión debe ser real y directa, lo que implica que debe ser una acción física o una amenaza física clara y tangible. No se puede alegar legítima defensa si la agresión es solo verbal o si no hay una amenaza física real.
La agresión también debe ser injusta, lo que significa que no debe haber ninguna justificación legal para la agresión. Por ejemplo, si alguien está actuando en defensa propia o en cumplimiento de un deber legal, no se puede alegar legítima defensa.
La agresión ilegítima debe ser inmotivada e imprevista, lo que implica que no debe haber ninguna razón válida o justificación para la agresión. Además, la agresión no debe haber sido anticipada o prevista por el defensor.
2. Proporcionalidad en el medio empleado
La defensa debe ser racional y adecuada para impedir o repeler la agresión. No se puede utilizar un medio que sea excesivo o desproporcionado en relación con la agresión. Esto significa que la respuesta del defensor debe ser proporcional a la amenaza que enfrenta.
Por ejemplo, si alguien intenta agredir físicamente a otra persona con las manos desnudas, no sería proporcional que la persona se defienda utilizando un arma de fuego. En cambio, sería más proporcional que la persona se defienda utilizando la fuerza física necesaria para repeler la agresión.
La proporcionalidad en el medio empleado también implica que el defensor debe utilizar el medio menos lesivo posible para repeler la agresión. Si hay una alternativa menos lesiva disponible, el defensor debe utilizarla en lugar de un medio más lesivo.
3. Falta de provocación suficiente por parte del defensor
No se puede alegar legítima defensa si el defensor ha provocado al agresor para que actúe ilegítimamente. Además, el defensor debe actuar con la única intención de defenderse, sin ánimo lesivo. Esto implica que el defensor no puede haber contribuido de ninguna manera a la situación que llevó a la agresión.
Por ejemplo, si alguien provoca a otra persona de manera verbal o física y luego se defiende de la agresión resultante, no se puede alegar legítima defensa. Además, si el defensor actúa con la intención de causar daño o lesiones al agresor en lugar de simplemente defenderse, tampoco se puede alegar legítima defensa.
Consecuencias de la legítima defensa
En caso de cumplirse estos requisitos, la legítima defensa puede ser una eximente completa de responsabilidad penal, lo que significa que el acusado será absuelto. Sin embargo, también puede ser considerada una eximente incompleta o una atenuante analógica, dependiendo de las circunstancias del caso.
Una eximente completa de responsabilidad penal implica que el acusado no será condenado por el delito cometido en legítima defensa. Una eximente incompleta implica que el acusado será condenado, pero la pena será reducida debido a la legítima defensa. Una atenuante analógica implica que el acusado será condenado, pero la pena será reducida debido a circunstancias similares a la legítima defensa.
El error sobre la legítima defensa
Es importante destacar que el error sobre la legítima defensa puede afectar a la extensión de la eximente. Si el defensor cree erróneamente que tiene derecho a reaccionar de cualquier forma legítima, sin tener en cuenta los límites jurídicos y la proporcionalidad, la legítima defensa puede no ser aplicable en su totalidad.
Por ejemplo, si alguien cree erróneamente que tiene derecho a utilizar un arma de fuego para defenderse de una agresión física, cuando en realidad solo se permite el uso de la fuerza física proporcional, la legítima defensa puede no ser aplicable en su totalidad. En este caso, el error sobre la legítima defensa puede ser considerado como una circunstancia que limita la eximente.
Conclusión
La legítima defensa es una causa de exclusión de la antijuricidad en el ámbito penal. Para que se aplique, deben cumplirse tres requisitos: agresión ilegítima, proporcionalidad en el medio empleado y falta de provocación suficiente por parte del defensor. En caso de cumplirse estos requisitos, la legítima defensa puede ser una eximente completa de responsabilidad penal. Sin embargo, el error sobre la legítima defensa puede afectar a la extensión de la eximente.