Ultraísmo

El ultraísmo es una corriente literaria que surgió en España en 1918 como una reacción al modernismo. Reunió a escritores españoles y latinoamericanos que buscaban un cambio en las técnicas y filosofías literarias dominantes. El movimiento se desarrolló en tertulias en un café madrileño y contó con la participación de autores como Juan Larrea, Pedro Garfias, Lucía Sánchez Saornil y Gerardo Diego. En América Latina, Jorge Luis Borges fue uno de los principales exponentes del ultraísmo.

Características del Ultraísmo

El ultraísmo se caracteriza por:

  • Uso de metáforas, neologismos y términos técnicos.
  • Omisión de adjetivos superfluos.
  • Indiferencia hacia la rima.
  • Poesía hermética, alejada de la objetividad y centrada en la subjetividad del artista.
  • Rechazo a las ornamentaciones y pompas del modernismo.
  • Similitudes con el futurismo y otros movimientos vanguardistas.
  • Aproximación al creacionismo y otros movimientos que evitan el sentimentalismo.

El ultraísmo se caracteriza por su enfoque en la experimentación y la innovación en la literatura. Los escritores ultraístas buscaban romper con las convenciones establecidas y explorar nuevas formas de expresión. Utilizaban metáforas, neologismos y términos técnicos para crear imágenes impactantes y originales. Además, omitían adjetivos superfluos y no se preocupaban por la rima, lo que les permitía centrarse en la esencia del mensaje y en la subjetividad del artista.

El ultraísmo también se diferenciaba del modernismo en su rechazo a las ornamentaciones y pompas. Mientras que el modernismo se caracterizaba por su estilo elaborado y su atención a los detalles estéticos, el ultraísmo buscaba una poesía más directa y concisa. Los ultraístas se alejaban de la objetividad y se centraban en la expresión de sus propias emociones y experiencias.

El ultraísmo compartía similitudes con el futurismo y otros movimientos vanguardistas de la época. Al igual que estos movimientos, el ultraísmo buscaba romper con las convenciones literarias y explorar nuevas formas de expresión. También se aproximaba al creacionismo y a otros movimientos que evitaban el sentimentalismo, centrándose en la creación de imágenes y en la experimentación con el lenguaje.

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Revistas Ultraístas

El ultraísmo tuvo una serie de revistas que difundieron las obras ultraístas, entre ellas:

  • «Horizonte»
  • «Ultra»
  • «Reflector»
  • «Alfar»

Estas revistas fueron fundamentales para la difusión y consolidación del ultraísmo como movimiento literario. A través de ellas, los escritores ultraístas podían compartir sus obras y establecer un diálogo con otros artistas y críticos. Las revistas ultraístas se convirtieron en espacios de encuentro y debate, donde se discutían las ideas y propuestas del movimiento.

Manifiesto Ultraísta

En 1919, se publicó un manifiesto que recogía los principios del ultraísmo, firmado por varios autores del grupo. Guillermo de la Torre es considerado el padre del ultraísmo y escribió obras como «Manifiesto vertical» y «El espejo y el camino».

El manifiesto ultraísta establecía las bases del movimiento y definía sus objetivos y propuestas. En él, se destacaba la importancia de la experimentación y la innovación en la literatura, así como la necesidad de romper con las convenciones establecidas. También se hacía hincapié en la importancia de la subjetividad del artista y en la búsqueda de una poesía más directa y concisa.

El manifiesto ultraísta fue una declaración de principios que marcó el inicio oficial del movimiento. A partir de su publicación, el ultraísmo se consolidó como una corriente literaria reconocida y comenzó a tener un impacto significativo en la literatura de la época.

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Jorge Luis Borges y el Ultraísmo

Aunque Borges fue un exponente del ultraísmo, en un momento fue calificado como desertor del movimiento cuando publicó «Fervor de Buenos Aires», una obra que evocaba recuerdos y emociones de la ciudad argentina. A pesar de esto, el ultraísmo dejó una huella importante en la literatura y fue una corriente que buscó romper con las convenciones establecidas y explorar nuevas formas de expresión.

Jorge Luis Borges es uno de los escritores más reconocidos y admirados de la literatura en español. Aunque es conocido principalmente por sus cuentos y ensayos, también incursionó en la poesía y fue uno de los principales exponentes del ultraísmo en América Latina.

Borges se unió al grupo ultraísta en la década de 1920 y participó activamente en las tertulias y actividades del movimiento. Sin embargo, su obra «Fervor de Buenos Aires», publicada en 1923, fue criticada por algunos ultraístas por su enfoque en la nostalgia y la evocación de recuerdos y emociones. A pesar de esto, Borges continuó experimentando con diferentes estilos y técnicas literarias a lo largo de su carrera, y su obra posterior se alejó cada vez más de las características del ultraísmo.

Aunque Borges no se adhirió completamente al ultraísmo a lo largo de su carrera, su participación en el movimiento y su exploración de nuevas formas de expresión tuvieron un impacto significativo en su obra. El ultraísmo le permitió experimentar con el lenguaje y desarrollar su estilo único, caracterizado por su precisión y su capacidad para crear imágenes impactantes.

El ultraísmo fue una corriente literaria que surgió en España en 1918 como una reacción al modernismo. Se caracterizó por su enfoque en la experimentación y la innovación en la literatura, utilizando metáforas, neologismos y términos técnicos. Aunque Jorge Luis Borges fue uno de los principales exponentes del ultraísmo, su obra posterior se alejó de las características del movimiento. A pesar de esto, el ultraísmo dejó una huella importante en la literatura y fue una corriente que buscó romper con las convenciones establecidas y explorar nuevas formas de expresión.

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